domingo, 20 de octubre de 2013

Pauline, el Domund y el Rosario Viviente


En cada Parroquia del mundo, el tercer domingo de octubre se celebra el Domingo Mundial de las Misiones (Domund); una fecha para ofrecer oraciones, sacrificios y limosnas por las misiones del mundo entero.

Esta idea nace en una jovencita francesa en una conversación sencilla con la sirvienta de la casa. Ésta solía contarle a Pauline M. Jaricot historias sobre aventuras de varios misioneros en lejanas tierras en medio de terribles penurias económicas, grandes peligros y dificultades. Estos escribían para que les ayudaran con sus oraciones, limosnas y sacrificios, para poder continuar con éxito su labor misionera.

En ese momento pasó por la mente de Pauline una idea luminosa; reunir personas piadosas y obtener que cada cual obsequie algún dinero y ofrezca oraciones y algún pequeño sacrificio por estos misioneros y sus misiones y enviar todo esto a los que trabajan evangelizando en otras tierras.

Ella formó pequeños grupos de 10 personas, las cuales se comprometían a dar cada una una limosna, oraciones y sacrificios por los misioneros. Pauline va organizando numerosos grupos llamados, coros, entre sus amistades y las de la gente de su alrededor y pronto comienza a recoger buenas ayudas para enviar a lejanas tierras.

Su hermano, recién ordenado sacerdote, propone la idea a otros sacerdotes en París y a muchos les agrada la idea y comienzan a fundar coros de "Propagación de la Fe". La idea se extendió rápido por toda la nación  y las ayudas a los misioneros se aumentaron inmensamente. Casi nadie sabía quién era la fundadora de este movimiento, pero lo importante era ayudar a extender nuestra santa religión.

Para poder conseguir más y más oraciones con menos dificultad, Pauline formó grupitos de 15 personas, de las cuales, cada una se comprometía a rezar un misterio del Rosario al día por los misioneros, así entre todos se rezaban Rosarios completos por las misiones, llamado  Rosario Viviente.

Tanto la Propagación de la fe y el Rosario Viviente fueron aprovados a plenitud por el Papa Gregorio XVl en 1832, y propuso recomendarla a toda la Iglesia.

San Juan Vianney (El Santo Cura de Ars), su confesor, le dijo proféticamente: "Sus ideas misioneras son muy buenas, pero Dios le va a pedir fuertes sacrificios para que logren tener éxito". Esto se cumplió a la letra, porque en adelante los sufrimientos e incomprenciones que tuvo que sufrir fueron enormes.

Al principio ella misma recogía las limosnas para las misiones, pero varios avivatos le robaron descaradamente. Entonces se dió cuenta de que debía dejar esto a sacerdotes y laicos especializados que no se dejen estafar tan fácilmente.

Después recibió ayudas para fundar obras sociales en favor de los obreros pobres, pero varios negociantes sin escrúpulos la engañaron y se quedaron con todo este dinero, dejándola en la bancarrota, calumniada y difamada, pero continuó con esmero y dedicación a la oración y seguir propagando esta misión.

En 1862, luego de haber perdonado generosamente a todos los que la habían estafado y hecho sufrir, y contenta porque su obra de la Propagación de la Fé  y el Rosario Viviente estaba ya muy extendida, murió santamente y satisfecha de haber podido contribuir eficazmente a favor de las misiones y los misioneros del mundo entero.

Gracias Pauline M. Jaricot!!!

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