martes, 19 de agosto de 2014

Cuentas de Buenas Obras de Santa Teresita



Las cuentas de sacrificio (conocidas también como Cuentas de Buenas Obras o Cuentas de Santa Teresita) brotan de una práctica desde la niñez de Marie-Francoíse-Thérese Martin, mejor conocida como Santa Teresita del Niño Jesús y del Divino Rostro (ó Santa Teresa de Lisieux, la Florecita).

Teresita fue la bebé de una familia que había sufrido las muertes de cuatro hijos. Las cuatro hermanas sobrevivientes, Marie, Pauline, Leonie y Celine, y sus padres, la mimaron. Su piadoso padre la llamaba "la Reinita", y así, cuando estaba chica, tenía la tendencia a ser precoz. Pero debajo de esta precocidad estaba una gran espiritualidad, no solo en Teresita, sino en todas las hermanas, que terminaron en el Convento Carmelita. Teresa fue guiada por sus hermanas mayores, y fue Marie quien le dió un juego de cuentas para contar las cosas que ofreciera a Dios. Su madre, que murió de cáncer de mama cuando Teresa tenía cuatro años., escribió:

"Hasta Teresa quiere comenzar a hacer sacrificios ahora, Marie, les ha dado a cada una de las chiquitas un rosario donde pueden contar sus buenas obras. Tienen conferencias realmente espirituales. Es de lo más divertido. Celine preguntó el otro día: "¿Cómo puede Dios meterse en la Hostia tan pequeña? Teresa le contestó: No es sorprendente, ya que Nuestro Señor es Todopoderoso. ¿Qué quiere decir Todopoderoso? Quiere decir que Él puede hacer lo que quiera." Pero lo más encantador de todo es ver a Teresa meter la mano en su bolsillo, una y otra vez, y mover una cuenta cuando hace un sacrificio.

El "rosario" real más típico consiste de un cordón de 10 cuentas, con un Crucifijo en un extremo, simbolizando el tomar nuestras cruces y yendo por el camino de Cristo. Por un lado, hoy en día, usualmente es una medalla de Santa Teresita, que nos recuerda su "Caminito" de espiritualidad que está personificado en las cuentas, y del hecho que todos somos llamados a ser santos. Se guardan en el bolsillo secretamente y, cuando uno ofrece algo a Dios en unión con los sufrimientos de Cristo en la Cruz, uno desliza una de las cuentas hacia el crucifijo. Las cuentas están hechas de tal manera que permanecen donde se ponen (se unen en tipo de escalera).

Al fin del día, uno "regresa" todas las cuentas al principio y las pone bajo la almohada para sacarlas y volverlas a poner en el bolsillo la mañana siguiente para comenzar de nuevo, esperando cumplir la meta de mover todas las cuentas hacia Cristo.

Nuestra generación es dada a excesos. Nunca se les ha enseñado disciplina ni han aprendido obediencia. Al usar las Cuentas de Buenas Obras, se les puede enseñar: sacrificio y abnegación que desarrollan autocontrol. A la raíz de todo pecado, y especialmente el pecado de impureza por estar  la ausencia del autocontrol. Para obedecer la Voluntad de Dios y evitar toda forma de exceso es necesario este entrenamiento de autoicontrol a la edad más temprana posible.






Tomado del Manual de: Congregación de los Hijos de María.

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