Protege, Señor, a tus misioneros, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que dejan todo para dar testimonio de tu palabra y de tu amor.
En los momentos difíciles, sostenlos, consuela sus corazones, y corona su trabajo de frutos espirituales. Y que tu imagen del crucifijo que les acompaña siempre, hable a ellos de heroísmo, de generosidad, de amor y de paz. Amén.
(Beato Juan XXlll)
Jesucristo, el primer misionero.
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