Madre, Virgen pura y fiel,
yo me entrego tod@ a tí
porque te amo.
Me doy a tí libremente,
a tí regalo hasta las más
secretas zonas de mi ser.
En tí, María, quiero perderme,
porque quiero ganarte por entero.
Nada guardo para mí;
ni planes, ni riquezas,
ni gloria, ni fracasos;
todo lo mío es tuyo,
sin ninguna reserva.
En una palabra: Todo mi ser.
Te consagro mi existencia íntegra,
el ser que otros miran por fuera
y el que tu conoces.
Mi ser, en que habita
el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo, amén.
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