Este es un Blog sin ánimo de lucro, para difundir la Asociación Universal del Rosario Viviente, fundado por la Ven. Pauline M. Jaricot, aprovada en la Santa Iglesia Católica, por el Papa Greogorio XVl, el 27 de enero de 1832. Actualmente dirigido por la Sra. Patti Melvin, en Dickinson, Texas. Hoy sumamos en el planeta sobre 18 millones de personas, unidos rezando diariamente nuestra decena asignada del Rosario Viviente, orando todos por todos.
domingo, 30 de julio de 2017
Una tímida misión
¿De qué iba aquel
sueño?
No me acuerdo. Me
desperté sintiendo
una tímida misión a
este mundo.
Eso es quizá nuestra
vida presente:
pocas certezas, tanto
interrogante,
falta de seguridad,
precariedad en
todo...
La existencia
cambiante que llevamos
con el tesoro en
vasijas de barro.
Tú nos envías. Mejor
dicho: Tú nos traes.
La llamada precede a
mi respuesta.
Tú nos equipas con lo
necesario:
pizca de amor cargada
de energía,
misericordia que lo
cambia todo,
cada día una nueva
oportunidad.
Me haces saber que
estoy aquí para algo.
Sin forzarlo, das un
rumbo a mi vida:
una tímida misión a
este mundo.
(Alberto Núñez sj)
lunes, 24 de julio de 2017
Biografía de la Virgen María
La Virgen María nació
en Nazaret. Sus padres fueron según la tradición, San Joaquín y Santa Ana.
María era de familia sacerdotal, descendiente de Aarón; ya que Isabel, madre de
Juan y esposa del sacerdote Zacarías, era su prima (Lc 1,5; 1,36). María y José
eran de modestas condiciones económicas, pero ricos en santidad y virtud
cumplidores de la Ley como lo prueba el Evangelio según San Lucas (Lc.1,22-24).
Sabemos por la
revelación y el magisterio de la Iglesia, que en Ella, la gracia divina se
adelantó a la naturaleza viciada; que ningún hálito impuro la contaminó jamás;
que sola Ella, entre todas las hijas de Adán, por un milagro de preservación
redentora, fue preservada del universal contagio del pecado original; que Dios
pareció haber agotado los tesoros inmensos de su omnipotencia, para embellecer
y santificar su alma; y que la fidelidad perfecta de la Virgen, correspondiendo
con exacta cooperación a los continuos llamamientos de la gracia, acumuló en sí
méritos sobrenaturales sobre toda otra humana medida e hizo de Ella la más
bella, la más sublime y santa entre todas las puras criaturas salidas de las
manos del Creador.
Fisonomía Exterior de
María
El gran Padre y
Doctor de la Iglesia, San Ambrosio, dice a este respecto:
"Era la Virgen
María de alma prudente y corazón blando y humilde, grave y parca en el hablar,
aficionada a lecturas santas, modesta en sus palabras, muy atenta a lo que
hacía, y buscando en todo siempre agradar a Dios y no a los hombres.
A nadie molestó
jamás, a todos quiso bien, y tuvo particular respeto y reverencia a los
mayores.
Nada duro o
provocativo había en sus ojos o en su mirar; nada de atrevido o inconsiderado
en sus palabras; y en sus acciones, nada que no fuese de todo punto digno y
decoroso.
Sus gestos y su
andar, nada tenían de ligero, suelto o petulante, antes bien, procedía con todo
orden y compostura, de suerte que, la modestia y continente exterior de su
persona eran como un bello reflejo de su alma, y podía servir como acabado
ejemplar de toda probidad.
Era Ella la mejor
guarda de sí misma, y tan apacible en su andar, en sus palabras y ademanes, que
con sus pasos y movimientos, más que avanzar en el camino parecía adelantar en
la virtud. Cuando hacía esta Virgen modestísima, podía tomarse como regla de
buen proceder y de virtud.
Vida en Nazaret
Estando aún la Sagrada
Familia en Belén, una noche un ángel del Señor ordenó a San José tomara a Jesús
y con la Santa Madre huyeran a Egipto porque Herodes buscaba al Niño para darle
muerte. ¡Qué afán! Mas qué obediencia y prontitud en emprender aquella huída.
Años después por aviso Angélico volvieron a Nazaret.
Siendo el Niño de
doce años, fue llevado por sus padres al templo de Jerusalén en cumplimiento de
prescripciones santas de asistir a los sacrificios y oír explicar la Sagrada
Escritura; mas por la imprevista quedada del Niño Jesús en el templo, que ellos
juzgaron que se les había perdido. ¡Cuánto sufrimiento hasta encontrarlo!
Estaba en medio de los doctores, oyéndolos y enseñándoles...
En Nazaret continuó
la Sagrada Familia la oscura y humilde vida: allí crecía el Niño en edad,
santidad y ciencia a vista de todos; allí aumentaba a diario la perfección de
María y tuvo la pena de ver morir a San José, a quién asistieron con Jesús en
su último instante de vida humana; de allí salió a los 30 años de edad, Jesús divino
Maestro, a emprender la vida en público, de enseñanzas, predicación, beneficios
y continuo sacrificarse hasta la muerte.
Últimos años de la Virgen
Los últimos años
vividos por María sobre la tierra, han permanecido envueltos en una neblina tan
espesa que casi no es posible entreverlos con la mirada, y mucho menos
penetrarlos. La Escritura calla y la tradición nos hace llegar solamente ecos
lejanos e inciertos. Indudablemente la Virgen, en aquellos años en que
permaneció en la tierra, debió exclamar continuamente, con mayor razón que San
Pablo, dirigiéndose a los primeros cristianos: "Mi vida es Cristo y la
muerte sería para mí una ganancia. Mas, ¿qué escoger? A la verdad, mucho mejor
sería para mí irme con Él; pero vuestra necesidad me manda quedar aquí...
Permaneceré con vosotros para provecho vuestro y gozo de vuestra fe"
(Filipenses, 1, 21-26).
¡Si la Iglesia, hija
de María era todavía niña, y como tal, aún tenía necesidad de todos aquellos
cuidados que sólo una madre puede procurar, de todas aquellas finas y delicadas
solicitudes que sólo un corazón de madre puede percibir! Y María, consagrada
enteramente al provecho de la Iglesia, prestó de continuo hacia Ella, cuerpo
místico de Cristo, todos aquellos cuidados y atenciones maternales que había
tenido para con su divino Hijo. A Ella, por consiguiente, como a la madre de
una familia, recurrían de continuo los Apóstoles y discípulos, todos los fieles
especialmente en las horas de duda, de dolor y de persecución. Ella aconsejaba
a todos, sostenía a todos. Junto a Ella, aquellos primeros fieles olvidaban las
penas del destierro y se sentían animados para recorrer con ardor el camino que
conducía a la patria.
Fin del Destierro
Todo nos induce a
creer que la vida terrena de María, así como tuvo su comienzo en la ciudad
santa, así también tuvo en ella su término. Ella pasó de la Jerusalén terrestre
a la Jerusalén Celestial. No se comprende bien, en efecto, cómo pudo morir la
Virgen. Para nosotros es fácil, demasiado fácil morir. Pero para María no sucede
lo mismo.
Después de consolar,
enseñar y amparar a los apóstoles y discípulos de Cristo, cuando fue tiempo de
salir de este mundo, abrasada en amor divino se durmió plácidamente.
No fue una sacudida
violenta que arrancó el alma de María; fue el impulso de la caridad lo que la
separó dulcemente del cuerpo enviándola al Paraíso envuelta en una onda de
deseo ardiente de su Amado.
Después de su muerte
la Santísima Virgen fue llevada a los cielos por los ángeles, donde coronada de
gloria y de poder y con trono sobre todos los coros angélicos y todos los
santos, permanece eternamente como Madre de Dios que es, y Señora y Madre
nuestra, ejerciendo su amabilísimo poder por los siglos de los siglos.
Anwar Tapias Lakatt
Estado del Vaticano
El territorio en el banco derecho del Río Tiber, entre el Monte Mario y el Monte Gianicolo (Janiculum), era conocido en la antigüedad como el Ager Vaticanus. El origen del nombre Vaticano no está claro pero algunos dicen que viene de un antiguo pueblo Etrusco llamado Vaticum. Esta zona no era parte de la antigua Roma ni estaba dentro de las murallas de la ciudad construidas por el Emperador Aureliano. Partes del Vaticano eran tierras pantanosas e inhóspitas.
Los Etruscos fueron
sometidos a Roma en la batalla de Veyes (396 a.C.) Cuando el Apóstol Pedro
llegó a Roma, el Ager Vaticanus había sido incluido por el emperador Augusto en
la reorganización de la ciudad.
En el año 37 el
emperador Caius Caligula edificó un circo y le puso en medio un obelisco traído
desde Heliópolis
Martirio de San Pedro
El emperador Nerón
tenía fascinación con el circo en cuyos espectáculos se martirizaron muchos
cristianos. (Tacitus, "Annal.", XV, 44). Aquí murió crucificado San Pedro Apóstol. El
no se consideraba digno de morir en la forma de su Señor y por eso lo
crucificaron con la cabeza hacia
abajo. El lugar exacto de su crucifixión fue
guardado por la tradición. Muy cerca del circo de Nerón, los cristianos
enterraron a San Pedro.
Las palabras de Jesús
se cumplen textualmente:
"Y yo a mi vez
te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las
puertas del Hades no prevalecerán contra ella".
Mateo 16:18
Hay testimonios
arqueológicos de la necrópolis con la tumba de San Pedro, directamente bajo el
altar mayor. Esta ha sido venerada desde el siglo II.
Un edículo de 160
d.C. en el cual puede leerse en griego
"Pedro está aquí".
La persecución de
cristianos arreció con el emperador Decio (249), Valeriano (257-258) y
Diocleciano (303-311), hasta finalizar con el edicto de Milán de Constantino
(313).
Por razón de ser el
lugar del martirio del primer Papa, al pie de la Colina Vaticana se edificó la
antigua Basílica de San Pedro comenzando con Constantino en el siglo IV.
Los Papas medievales
compraron toda la colina. Se construyó un puente, Pons Aelius, para comunicar
estas tierras con Roma.
En 1869 se celebró el
Concilio Vaticano I en el que se decretó el dogma de la infalibilidad del Papa.
Al año siguiente las tropas italianas invadieron a Roma dando fin al dominio
político de los Papas tras la unificación de Italia. Los territorios que
gobierna el Papa con poder temporal se redujeron al Vaticano, la nación más
pequeña del mundo.
La Ley de Garantías
del Estado Italiano, del 13 de mayo, de 1871, declara explícitamente que todas
las residencias del Papa en tierra italiana gozan de inmunidad y deben ser
extraterritoriales. El Vaticano es un
Estado completamente independiente, y según la ley internacional, no es parte
del territorio italiano. El Papa goza de total libertad para ejercer su misión
como la cabeza visible de la Iglesia.
En 1929 se celebra el
Pacto de Letrán confirmando la independencia de los estados pontificios.
La Basílica de San
Pedro
Los Papas habitaron
por largo tiempo junto a la Basílica de Letrán, en el Palacio de Letrán, que
anteriormente era la residencia de la emperatriz Fausta, 2da. mujer de
Constantino. Cuando en el año 847 los sarracenos saquearon la Basílica, León IV
amuralló el Vaticano (obra del 848-852) añadiéndole también torres de defensa.
Dos de las cuales están aún en pie. El Vaticano adquirió el nombre de Civitas
Leonina.
Nicolás III
(1277-1280) mudó la residencia papal al Vaticano. Cuando los Sumos Pontífices
volvieron del destierro de Avignon, la residencia Papal se trasladó
definitivamente en 1377, junto a la Basílica de San Pedro.
Los límites
geográficos del Estado Vaticano son: La Via Porta Angélica, la Piazza del
Rissorgimiento y las columnatas de Bernini.
lunes, 17 de julio de 2017
Tarjetas con mensajes
Correo elctrónico: Filomena@Philomena.org;
link: http://www.philomena.org/ .
Evangelicemos siempre. Paz y bien.
sábado, 15 de julio de 2017
Oración a María Inmaculada
¡Oh Inmaculada y Santísima
Virgen, ¡Madre de Nuestros Señor, rezadle a Él por nosotros, vuestros hijos,
que recurrimos a vos!
Oh Virgen Inmaculada, que fuiste
agradable a los ojos del Señor y te convertiste en Su Madre, mira
misericordiosamente a los desdichados que imploramos tu poderoso auxilio. La
malvada serpiente, sobre la que la primera maldición fue arrojada, continúa
haciendo guerra y tendiendo acechanzas a los desgraciados hijos de Eva.
Ah, Nuestra Santísima Madre,
Nuestra Reina y Abogada, quien desde el primer instante de tu concepción quebrantaste
la cabeza de nuestro enemigo, recibe las plegarias que unimos a las tuyas con
un solo corazón, y te suplicamos, humildemente, ante el Trono de Dios, que
jamás caigamos en las acechanzas de
tendidas por el enemigo, de tal manera, que todos vayamos al refugio de
la salvación; y en medio de tantos peligros, que la Santa Madre Iglesia y la
hermandad de los cristianos por doquiera canten una vez más el himno de la
liberación, de victoria y de paz.
Amén.
viernes, 14 de julio de 2017
Triduo a Nuestra Señora y Reina del Carmelo
Oración Diaria
¡Oh Virgen Santísima
Inmaculada, belleza y esplendor del Carmelo! Vos, que miráis con
ojos de particular bondad al que viste vuestro Bendito
Escapulario, miradme benignamente
y cubridme con el
manto de vuestra maternal protección.
Fortaleced mi flaqueza
con vuestro poder, iluminad las
tinieblas de mi
entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la
caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea
siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos.
Asistidme en vida,
consoladme cuando muera
con vuestra
amabilísima presencia, y presentadme
a la Augustísima
Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro,
para alabaros
eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.
Oración para el día primero del Triduo
¡Oh! Virgen del
Carmen, María Santísima, que para mostrar Vuestro especialísimo amor
a los Carmelitas les
honrasteis con el dulce nombre de hijos y hermanos vuestros, alentando con tan
singular favor su confianza, para buscar en Vos, como en amorosa Madre, el
remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones,
moviéndoles a la
imitación de Vuestras excelsas virtudes.
Os ruego, Señora, me
miréis, como amorosa Madre y me alcancéis la gracia de imitaros,
de modo que
dignamente pueda yo ser llamado también hijo vuestro,
y que mi nombre sea
inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi
Señor Jesucristo. Así Señora, os lo suplico humildemente, diciendo:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor
Jesucristo.
Amén.
Terminamos rezando las tres Avemarías a Nuestra Señora del Carmen:
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Serafines,
los Santos y los Justos os llenen de alabanzas,
porque me habéis dado vuestro Escapulario.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la
ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Arcángeles,
los Justos y los Santos os llenen de alabanzas,
porque con vuestro Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo vuestro.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la
ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía, madre de
mi corazón y Reina de mi amor,
os doy mi alma, mi
vida, mi corazón,
y quiero que os
alaben las Virtudes y todas las criaturas,
porque con vuestro
Escapulario me habéis infundido la esperanza
de que os veré en el
Cielo... No me dejéis, Madre mía.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la
ahora de nuestra muerte. Amén.
Segundo Día del Triduo a Nuestra
Señora del Carmen:
Oración Diaria
¡Oh Virgen Santísima
Inmaculada, belleza y esplendor del Carmelo! Vos, que miráis con
ojos de particular bondad al que viste vuestro Bendito
Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal
protección.
Fortaleced mi
flaqueza con vuestro poder, iluminad las
tinieblas de mi
entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la
caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea
siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos.
Asistidme en vida,
consoladme cuando muera
con vuestra
amabilísima presencia, y presentadme
a la Augustísima
Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros
eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.
Oración para el Segundo día del Triduo:
¡Oh! Virgen del
Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas
por especiales hijos
Vuestros, los enriqueciste con la singular prenda
del Santo
Escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores
para con los que
devotamente lo visten y cumpliendo
con sus obligaciones,
procuran vivir de manera que,
imitando Vuestras
virtudes, muestran que son vuestros hijos.
Os ruego, Señora, me
alcancéis la gracia de vivir siempre
como verdadero
católico y cofrade amante del Santo Escapulario,
a fin de que merezca
lograr los frutos de esta hermosa devoción.
Así, Señora, te lo
suplico humildemente, diciendo:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Terminamos rezando las tres Avemarías a Nuestra Señora del Carmen:
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Serafines,
los Santos y los Justos os llenen de alabanzas,
porque me habéis dado vuestro Escapulario.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Arcángeles,
los Justos y los Santos os llenen de alabanzas,
porque con vuestro Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo vuestro
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía, madre de
mi corazón y Reina de mi amor,
os doy mi alma, mi
vida, mi corazón,
y quiero que os
alaben las Virtudes y todas las criaturas,
porque con vuestro
Escapulario me habéis infundido la esperanza
de que os veré en el
Cielo... No me dejéis, Madre mía.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Tercer Día
del Triduo a Nuestra Señora del Carmen
Oración Diaria:
¡Oh Virgen Santísima
Inmaculada, belleza y esplendor del Carmelo! Vos, que miráis con
ojos de particular bondad al que viste vuestro Bendito Escapulario,
miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal
protección.
Fortaleced mi
flaqueza con vuestro poder, iluminad las
tinieblas de mi
entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la
caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea
siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos.
Asistidme en vida,
consoladme cuando muera
con vuestra
amabilísima presencia, y presentadme
a la Augustísima
Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros
eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.
Oración para el tercer día del Triduo:
¡Oh! Virgen del
Carmen, María Santísima, que os dignásteis admitir con singular amor el
obsequio filial de los Carmelitas,
que entre todos los
mortales fueron los primeros que
en vuestro honor
edificaron un templo en el Monte Carmelo,
donde concurrían
fervorosos a daros culto y alabanza.
Os ruego, Señora, me
alcancéis sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios,
adornado de todas las
virtudes, donde El habite siempre amado,
adorado y alabado por
mí, sin que jamás
le ocupen los afectos
desordenados de lo temporal y terreno.
Así, Señora, os lo
suplico humildemente, diciendo:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Terminamos rezando las tres Avemarías a Nuestra Señora del Carmen:
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Serafines, los Santos y los Justos os llenen de alabanzas,
porque me habéis dado vuestro Escapulario.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía del Carmen,
bendita seáis; los Arcángeles, los Justos y los Santos os llenen de alabanzas,
porque con vuestro Escapulario me habéis hecho especialísimo hijo vuestro.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Madre mía, madre de
mi corazón y Reina de mi amor,
os doy mi alma, mi
vida, mi corazón,
y quiero que os
alaben las Virtudes y todas las criaturas,
porque con vuestro
Escapulario me habéis infundido la esperanza
de que os veré en el Cielo... No me dejéis,
Madre mía.
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
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