Tenemos a Santa Mónica como el más bello ejemplo de perseverancia en la oración. Por 30 años ella rezó por la conversión de su hijo, Agustín, y por su bautizo. Le pidió a Dios que lo sacara de la herejía, y Dios lo hizo un Obispo y pilar de la Iglesia. ¡Nada más, imagínate que hubiera pasado si ella hubiera abndonado la esperanza después de dos años de oración!
No pierdas el valor cuando hayas comenzado tan bien; deja que la persisitencia sea un milagro para tí. Recuérdale a Dios cuando dijo en Su Palabra: "Grande es tu fe, que se haga como deseas." Ya no te puedo resisitir. Tendrás lo que deseas en esta vida y en la venidera.
Dios es le piloto de nuestra barca que flotará tranquilamente en el océano de la vida, si solo confiamos en Su Providencia y buscamos Su Voluntad. Dale completo poder para ordenar tu vida. Vuélvete a Él amorosamente en toda necesidad, confiando y esperando absolutamente en Él. Déjale todo, Él proveerá todas tus necesidades en la manera y en el tiempo más conveniente para tí. Por consiguiente, vivirás con felicidad y paz; tendrás un anticipo de la felicidad del Cielo aquí en la Tierra.
Que todos tengamos paciencia y humildad para aceptar la Voluntad de Dios y ofrecer todo don del sufrimiento por la salvación de las almas.
Publicado en septiembre 2008
Patti Melvin, ULRA Directora
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