lunes, 4 de agosto de 2014

Acto de Consagración

El Acto de Consagración es una oración en la que expresamos nuestro deseo de confiarnos completamente al cuidado de María Inmaculada. El Acto no liga bajo pena de pecado, pero es una promesa solemne y seria de nuestra parte.

Acto de Consagración

Oh, María sin pecado concebida, deseando ponerme bajo vuestro amparo, os escojo por mi patrona, mi abogada y mi madre. A vuestros pies resuelvo firmemente hacer todo en mi poder para procurar vuestra gloria y extender vuestro servicio. Deseo de ahora en adelante perteneceros enteramente, caminar en vuestros gloriosos pasos e imitar vuestras virtudes, vuestra pureza angélica, vuestra profunda humildad, vuestra perfecta obediencia y vuestra incomparable caridad.

Yo, (dí tu nombre), me postro al pie de tu altar, Oh Inmacuklada María, para expresar el deseo ardiente de mi corazón de ser contado entre tus hijos privilegiados. Para merecer este favor, hago en tu presencia, Oh tierna madre, la firme resolución de laborar con todas mis fuerzas para hacerme, por mi piedad, caridad y obediencia, la edificación de mis compañeros y adquirir las virtudes que tú exiges de tus hijos fieles. Oh María, tú sabes mi flaqueza y mi necesidad. Ven en mi auxilio, Oh Poderosa Abogada, y obtén para mí, de tu Divino Hijo, perseverancia en mis buenas resoluciones y la gracia de ser fiel a ellas toda mi vida, para que merezca ser tu hijo en la tierra. Amén.


Oración a San José

Oh San José, cuya protección es tan grande, tan fuerte, tan pronta ante el Trono de Dios, pongo en ti todos mis intereses y deseos. Oh San José, asísteme por tu poderosa interseción y obtén para mí de tu Divino Hijo todas las bendiciones espirituales, por Jesucristo Nuestro Señor, para que habiendo obtenido aquí abajo tu poder celestial, pueda ofrecer mi agradecimiento al más amoroso de los padres. Oh San José, nunca me canso de contemplarte y a Jesús dormido en tus brazos. No me atrevo a acercarme mientras reposa junto a tu corazón, apriétalo en mi nombre y besa su fina cabeza por mí, y pídele que retorne este beso en mi último aliento.


San José, patrono de los moribundos, ruega por nosotros.
San José, sostén de las familias, ruega por nosotros.
San José, terror de los demonios, ruega por nosotros.
San José, espejo de paciencia, ruega por nosotros.
San José, modelo de pureza, ruega por nosotros.
San José, guardián, defensor, proveedor y protector de los Hijos de María, ruega por nosotros.

Del Manual de : Congregación de los Hijos de María

No hay comentarios.:

Publicar un comentario