sábado, 23 de mayo de 2015

Mi Consagración al Espíritu Santo


De rodillas: Ante la gran multitud de testigos celestiales, ofrezco mi alma y cuerpo, a Tí, Eterno Espíritu de Dios. Adoro el brillo de Tu Pureza, la agudeza infalible de Tu justicia y la fuerza de Tu Amor. Tú eres la fuerza y ​​la luz de mi alma. En Tí, yo vivo y me muevo y soy. Nunca deseo hacerte por mi infidelidad a la gracia, y ruego con todo mi corazón, que me alejes del más pequeño pecado contra Tí. 

Ayúdame a guardar todos mis pensamientos y concédeme que pueda siempre estar atento a Tu Luz, y escuche Tu Voz, y siga Tus inspiraciones llenas de gracia. Me aferro a Ti y me entrego a Ti, y Te preguntaré, por Tu compasión, para cuidarme en mi debilidad. Sosteniendo los pies traspasados ​​de Jesús, y mirando a sus cinco heridas, y confiando en Su Preciosa Sangre y adorando su costado abierto y Su Corazón traspasado. Te imploro, Epíritu Adorable, ayúdame en mi enfermedad, para que me mantengas en Tu gracia, que nunca puede pecar contra Tí. Dame la gracia, oh Espíritu Santo, Espíritu del Padre y del Hijo, de decir siempre y en todas partes: "Habla, Señor, que tu siervo escucha".
Amen

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