viernes, 29 de noviembre de 2013

Oración de Consagración de Puerto Rico a Dios Por el Inmaculado Corazónde María


En unión con toda la humanidad, en comunión con la Iglesia entera y con nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, dirigimos a Ti, oh Padre, por las manos de María y de su Corazón Inmaculado, esta súplica de consagración especialmente por Puerto Rico, (y el mundo entero).

Padre, envía a Tu Espíritu Santo, a fin de que cada uno de nosotros pueda convertirse en instrumento de Tu paz.

Madre, Tú sabes y conoces nuestros sufrimientos y esperanzas. Hoy te confiamos a Puerto Rico, nuestro país. Te suplicamos que nos acompañes en nuestro camino; nosotros que, como el Apóstol Juan, deseamos acogerte en nuestras casas, aprender de ti a ser semejantes a Jesús.

Dentro del refugio de tu misericordia, buscamos refugio, ¡oh Santa Madre de Dios!

¡Del hambre y la guerra, líbranos!
¡De la guerra nuclear, de la incalculable autodestrucción, de toda clase de guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde el momento de su concepción, líbranos!
¡De toda clase de injusticia en la vida de la sociedad, tanto nacional como internacional, líbranos!
¡De la facilidad con que pasamos por encima de los mandamientos de Dios, líbranos!
¡Del intento por extinguir la verdad misma de Dios en los corazones humanos, líbranos!
¡De la falta de conciencia del bien y del mal, líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos!

Asístenos en las dificultades diarias que la vida nos presenta a cada uno de nosotros.

A Ti, la Aurora de Salvación, confiamos el futuro de nuestro país de Puerto Rico (y el mundo entero). Te confiamos a todas las personas, comenzando por aquellos que son los más débiles y que sufren más: los niños no nacidos, aquellos cuya vida está amenazada, aquellos que nacieron en la pobreza, a los jóvenes que buscan un sentido a sus vidas, a los refugiados, a los desempleados, a quienes son probados por la enfermedad, a las familias que están divididas, a las personas ancianas privadas de asistencia y a todos los que están solos y sin esperanza.

Guía a tus hijos para que con tu ayuda, todos podamos reconocer a Cristo como Luz del Mundo.

¡Qué el infinito poder de la Redención se eleve nuevamente sobre la historia del mundo, el poder del Amor Misericordioso del Padre! ¡Qué el Espíritu Santo transforme las conciencias! ¡Qué Él sane nuestros recuerdos y purifique nuestros corazones! Qué el Señor siempre reine entre nosotros, Él que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén

No hay comentarios.:

Publicar un comentario