En unión con toda la humanidad, en comunión con la Iglesia entera y con nuestro
Santo Padre, el Papa Francisco, dirigimos a Ti, oh Padre, por las manos de
María y de su Corazón Inmaculado, esta súplica de consagración especialmente
por Puerto Rico, (y el mundo entero).
Padre, envía a Tu Espíritu Santo, a fin de que cada uno de
nosotros pueda convertirse en instrumento de Tu paz.
Madre, Tú sabes y conoces nuestros sufrimientos y
esperanzas. Hoy te confiamos a Puerto Rico, nuestro país. Te suplicamos que nos
acompañes en nuestro camino; nosotros que, como el Apóstol Juan, deseamos
acogerte en nuestras casas, aprender de ti a ser semejantes a Jesús.
Dentro del refugio de tu misericordia, buscamos refugio,
¡oh Santa Madre de Dios!
¡Del hambre y la guerra, líbranos!
¡De la guerra nuclear, de la incalculable autodestrucción, de toda clase de
guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde el momento de su concepción,
líbranos!
¡De toda clase de injusticia en la vida de la sociedad, tanto nacional como
internacional, líbranos!
¡De la facilidad con que pasamos por encima de los mandamientos de Dios,
líbranos!
¡Del intento por extinguir la verdad misma de Dios en los corazones humanos,
líbranos!
¡De la falta de conciencia del bien y del mal, líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos!
Asístenos en las dificultades diarias que la vida nos
presenta a cada uno de nosotros.
A Ti, la Aurora de Salvación, confiamos el futuro de nuestro país de Puerto Rico (y el mundo entero). Te confiamos a todas las personas, comenzando por
aquellos que son los más débiles y que sufren más: los niños no nacidos,
aquellos cuya vida está amenazada, aquellos que nacieron en la pobreza, a los
jóvenes que buscan un sentido a sus vidas, a los refugiados, a los
desempleados, a quienes son probados por la enfermedad, a las familias que
están divididas, a las personas ancianas privadas de asistencia y a todos los
que están solos y sin esperanza.
Guía a tus hijos para que con tu ayuda, todos podamos
reconocer a Cristo como Luz del Mundo.
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