viernes, 15 de noviembre de 2013

El Rosario perdido



Hace algunos años un alumno de la Escuela Politécnica de París encontró un rosario en un aula. Indignado porque en aquella ilustre escuela se encontrasen, según él, objetos de superstición, se lo comunicó a sus condicípulos. Reunidos en el patio, después de los ejercicios o prácticas militares, pusieron el rosario en un árbol y el alumno que lo encontró gritó: "si alguno de los nuestros ha perdido este rosario, que lo venga a recoger, si tiene ánimo y corage." Un gran silencio capaz de acobardar al más valiente. Pero el joven cristiano, enamorado de María, no vacila.

Un tal C.T., conocido como el primero que en aquel año debía salir del ejército, se adelantó sereno y tranquilo, toma su rosario y, volviéndose al que le había desafiado, dice: "Te doy las gracias amigo, conservo este rosario que me dio mi madre, el cual me ha conservado cristiano católico. No creo que por esto haya deshonrado la Escuela Politécnica."  Bien!!! Gritaron de todas partes. He aquí uno que tiene valor!!

Un ilustre mariscal, testimonio de la escena, extiende su mano al soldado y le dice con profunda conmoción: "Valiente amigo, cuando se tiene valor para confesar y manifestar públicamente las propias convicciones y la propia fe, se tendrá también para defender el propio país y morir por su patria."

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