Señor, en el silencio
de este día que nace,
vengo a pedirte paz,
sabiduría y fuerza.
Hoy quiero mirar al
mundo con ojos llenos de amor.
Ser paciente,
comprensivo, humilde, suave y bueno.
Ver a tus hijos
detrás de las apariencias,
como los ves tú
mismo,
para así poder
apreciar la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a
toda murmuración.
Guarda mi lengua de
toda maledicencia.
Que sólo los
pensamientos que bendigan permanezcan en mí.
Quiero ser tan
bienintencionado y bueno
que todos los que se
acerquen a mí sientan tu presencia.
Revísteme de tu
bondad señor
y haz que en este día
yo te refleje.
Amén.
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