"No nos avergoncemos de confesar al Crucificado. Que la cruz sea nuestro sello hcho con valentía con los dedos sobre nuestra cejas, labios, corazón,; sobre el pan que comemos, sobre las copas donde bebemos; en nuestras idas y venidas; antes de dormir, cuando nos acostemos, cuando nos levantemos....."
San Cirilo de Jerusalen
El Catecismo en su #2157:
“El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, ‘en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén’. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.”
Todas las oraciones deben empezar y terminar con la Señal de la Cruz. Haz la señal de la Cruz cuando pases o cuando entres a una Iglesia Católica para honrar a Cristo en el Tabernáculo y después de recibirlo en la Eucaristía.
También haz la señal de la Cruz en tiempos de problemas o cuando tengas miedo, cuando recibas malas noticias, en tiempos de tentación, cuando escuches una ambulancia, una sirena policíaca o de bomberos; cuando pases frente a un cementerio o te acuerdes de seres que han fallecido; antes de comer, especialmente en público; cuando mires un crucifijo y en cualquier momento que quieras honrar e invocar a Dios y ganar poder en contra del mal, del miedo y de la tentación.
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