Salmo 45: 10-18
Hijas de reyes son tus muy amadas,
una reina se sienta a tu derecha,
oro de Ofir en sus vestiduras luce.
Ahora tú, hija, atiéndeme y escucha:
olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,
y tu hermosura al rey conquistará.
El es tu Señor:
los grandes de Tiro ante él se postrarán.
una reina se sienta a tu derecha,
oro de Ofir en sus vestiduras luce.
Ahora tú, hija, atiéndeme y escucha:
olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,
y tu hermosura al rey conquistará.
El es tu Señor:
los grandes de Tiro ante él se postrarán.
Ahí vienen los ricos del país
a rendirte homenaje.
La hija del rey, con oro engalanada,
es introducida al interior,
vestida de brocados al rey es conducida.
La siguen sus compañeras vírgenes
que te son presentadas.
Escoltadas de alegría y júbilo, van entrando al palacio real.
En lugar de tus padres tendrás hijos,
que en todas partes príncipes serán.
Gracias a mí yo quiero que tu nombre
viva de una a otra generación y que los pueblos te aclamen para siempre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario