jueves, 11 de julio de 2013

Todo comenzó con un milagro


Hace poco más de 15 años ví en el periódico Católico local de mi país, entre varios anuncios del mismo, una dirección que decía Rosario Viviente y el número de entonces de las personas que tenían a cargo este apostolado en mi país. Escribí, sin saber qué era en realidad y me enviaron mi misterio a rezar diariamente, que hasta el día de hoy continúo rezando.

Recién seguía esta devoción, surgió una situación familiar muy difícil, donde sabía que solo un milagro podía ayudarnos, entonces me dirigí a la Santísima Virgen María con esta oración sencilla, "Madre tu ves todo, pido con mi alma que nos ayudes en esta situación que entrego ahora en tus santas manos y prometo que si todo sale bien te conseguiré 15 personas para el rezo del Rosario Viviente y la envío en ofrenda de acción de gracias.

Demás está decir, que en menos de 30 minutos, lo que parecía no tener remedio, salió mucho mejor de lo que esperaba y en menos tiempo de lo esperado.¡Alabado sea Dios por la eternidad y honor y gran amor a nuestra Madre del Cielo!

Lo prometido es deuda, de inmediato comencé en el momento por teléfono a buscar las primeras 15 personas para este bello apostolado, todo por teléfono; aunque no lo crean tardé más de 6 horas y media en conseguir estas personas, que marcó el inicio de otras tantas que siguieron a estas.

Esto inició una linda comunicación con las coordinadoras de nuestro país del Rosario Viviente, personas de mayor edad, pero con un amor y entrega al servicio de Dios y nuestra Señora, solo 4 personas para toda la isla, y era fácil contagiarse de su entusiasmo y dedicación a todo su trabajo. Luego de cierto tiempo, me dejaron, indignamente este gran legado para trabajarlo en mi país

Ada Ríos, Isabela, Puerto Rico.

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