Querida Madre y Reina,
ayúdame a despojarme de todo lo que me
intranquiliza,
para que en silencio y pobreza,
el Espíritu de Dios pueda llegar hasta mí
y encontrar en mi alma un ambiente sereno
de acogida y entrega.
Haz que mi inteligencia se abra a Su Luz
y aprenda a ver con los ojos de Dios.
Regálame la profunda comprensión del
corazón
que tanta sabiduría da a los que aman.
Ábreme al querer del Padre y configura
mi ser y mi obrar según Su santa Voluntad.
Amén.
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