Durante un levantamiento en Roma,
un gentío llegó a la casa donde luego se hospedaba Santa Brígida. En seguida,
la cabeza del bando habló violentamente de quemar viva a la santa. En ese
instante, Santa Brígida recurrió a Nuestro Señor, preguntándole si ella debía
huir y refugiarse en un lugar más seguro. Jesucristo la aconsejó diciendo que
se quedara en ese mismo sitio. Jesús le dijo así: "No importa la
premeditada acción que preparan de conspirar contra tu vida. Mi poder
quebrantará la malicia de tus enemigos. Si Mis enemigos me crucificaron, es que
Yo lo he permitido."
Luego, Nuestra Santísima Madre
añadió: "Reunid en grupo, y cantad el Himno, 'AVE MARIS STELLA'; y yo os
guardaré de todo peligro." (Este título significa: "SALVE, ESTRELLA
DEL MAR")
Salve,
Estrella de mar
Gran
Portal del cielo,
Eres
siempre Virgen
Madre
del Señor.
Pronunciando
el Ave
La
boca de Gabriel,
Cambia
de Eva el nombre,
Y
nos fundó en la paz.
Desliga
a los cautivos.
Alumbra
a los ciegos.
Despide
nuestros males.
Danos
dicha plena.
Muéstrate
ser Madre,
Y
ofrece nuestras preces
Al
Verbo Encarnado,
En
tu Seno Virginal.
Virgen
escogida,
Madre
más benigna,
Presérvanos
sin culpa,
Vituosos
y apacibles.
Pedimos
vida pura.
El
camino asegura.
Y
ver a Jesucristo,
En
gozo sempiterno.
Gloria
a Dios Padre;
Gloria
a Dios Hijo;
Y
al Santo Espíritu,
Dios,
Uno-y-Trino.
Amén
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