¡Oh Virgen María!, queremos
consagrar hoy nuestro hogar y cuantos lo habitan a vuestro Purísimo Corazón. Que
nuestra casa, como la tuya de Nazaret, llegue a ser un oasis de paz y felicidad
por el cumplimiento de la voluntad de Dios, la práctica de la caridad, y el abandona
a la Divina Providencia.
¡Que nos amemos todos
como Cristo nos enseñó! Ayúdanos a vivir siempre cristianamente y
envuélvenos en tu ternura.
Te pido por los hijos que Dios nos ha dado (se citan los nombres) para que los libres de todo mal y peligro de alma y cuerpo, y los guardes dentro de Tu Corazón Inmaculado. Dígnate, Madre nuestra, transformar nuestro hogar en un pequeño cielo, consagrados todos a vuestro Corazón Inmaculado. Amén.
¡Corazón Inmaculado de María, sálvanos!
Te pido por los hijos que Dios nos ha dado (se citan los nombres) para que los libres de todo mal y peligro de alma y cuerpo, y los guardes dentro de Tu Corazón Inmaculado. Dígnate, Madre nuestra, transformar nuestro hogar en un pequeño cielo, consagrados todos a vuestro Corazón Inmaculado. Amén.
¡Corazón Inmaculado de María, sálvanos!
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