¡Oh Dios mío! En unión con el Inmaculado Corazón de
María, te ofrezco la Preciosa Sangre de Jesús desde todos los altares del
mundo, uniendo a Ella la ofrenda de todos mis pensamientos, palabras y acciones
de este día. Deseo ganar todas las indulgencias y méritos que pueda,
ofreciéndolos, junto conmigo, a María Inmaculada, a quién has designado la
dispensadora de los méritos de Tu Preciosísima Sangre, especialmente por medio
de este Escapulario (Aquí
besas tu Escapulario Café) para que ella pueda aplicarlos
mejor a los intereses de Tu Sacratísimo Corazón. Amén.
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