domingo, 28 de junio de 2015

Oración a San Miguel Arcángel del Papa león Xlll.


(León XIII, 18 de mayo de 1890; Acta Apostolicae Sedis, p. 743)

¡Oh glorioso príncipe de las milicias celestes, san Miguel arcángel, defiéndenos en el combate y en la terrible lucha que debemos sostener contra los principados y las potencias, contra los príncipes de este mundo de tinieblas, contra los espíritus malignos! Ven en auxilio de los hombres que Dios ha creado inmortales, que formó a su imagen y semejanza y que rescató a gran precio de la tiranía del demonio.

Combate en este día, con el ejército de los santos ángeles, los combates del Señor como en otro tiempo combatiste contra Lucifer, el jefe de los orgullosos, y contra los ángeles apóstatas que fueron impotentes de resistirte y para quien no hubo nunca jamás lugar en el cielo. Si ese monstruo, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satán, él que seduce al mundo entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo.

Pero he aquí que ese antiguo enemigo, este primer homicida ha levantado ferozmente la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y seguido de toda la turba y seguido de espíritu malignos, recorre el mundo entero para apoderarse de él y desterrar el Nombre de Dios y de su Cristo, para hundir, matar y entregar a la perdición eterna a las almas destinadas a la eterna corona de gloria. Sobre hombres de espíritu perverso y de corazón corrupto, este dragón malvado derrama también, como un torrente de fango impuro el veneno de su malicia infernal, es decir el espíritu de mentira, de impiedad, de blasfemia y el soplo envenado de la impudicia, de los vicios y de todas las abominaciones.

Enemigos llenos de astucia han colmado de oprobios y amarguras a la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han puesto sus manos criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, han elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y dispersar al rebaño.

Te suplicamos, pues, Oh príncipe invencible, contra los ataques de esos espíritus réprobos, auxilia al pueblo de Dios y dale la victoria. Este pueblo te venera como su protector y su patrono, y la Iglesia se gloría  de tenerte como defensor contra los malignos poderes del infierno. A ti te confió Dios el cuidado de conducir a las almas a la beatitud celeste.

¡Ah! Ruega pues al Dios de la paz que ponga bajo nuestros pies a Satanás vencido y de tal manera abatido que no pueda nunca más mantener a los hombres en la esclavitud, ni causar perjuicio a la Iglesia. Presenta nuestras oraciones ante la mirada del Todopoderoso, para que las misericordias del Señor nos alcancen cuanto antes. Somete al dragón, la antigua serpiente que es diablo y Satán, encadénalo y precipítalo en el abismo, para que no pueda seducir a los pueblos. Amén

- He aquí la Cruz del Señor, huyan potencias enemigas.
Venció el León de Judá, el retoño de David
-Que Tus misericordias, Oh Señor se realicen sobre nosotros.
Como hemos esperado de Tí.
-Señor, escucha mi oración
Y que mis gritos se eleven hasta Tí.

Oh Dios Padre Nuestro Señor Jesucristo, invocamos tu Santo Nombre, e imploramos insistentemente tu clemencia para que por la intercesión de María inmaculada siempre Virgen, nuestra Madre, y del glorioso san Miguel arcángel, te dignes auxiliarnos contra Satán y todos los otros espíritus inmundos que recorren la tierra para dañar al género humano y perder las almas. Amén

(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho  la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.)



Versión corta de la oración del Papa León Xlll a San Miguel Arcángel.

“San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.”

Urge en nuestros tiempos más que nunca rezar esta oración diariamente, especialmente cuando se sienta la acción del enemigo de las almas, ayudar a la conversión y protección de nosotros y nuestros hermanos.Él está destinado también, a presentar las almas a Dios una vez salgamos de este mundo a la Prescencia de Dios.

¿Cómo surgió el Santo Rosario?


El Rosario, compuesto fundamental y sustancialmente por la oración de Jesucristo (Padrenuestro), la salutación angélica (Avemaría) y la meditación de los misterios de Jesús y de María, constituye sin duda, la primera plegaria y la primera devoción de los creyentes. Desde los tiempos de los apóstoles y discípulos, ha estado en uso siglo tras siglo, hasta nuestros días.

Sin embargo, el Santo Rosario, en la forma y método de que hoy nos servimos en su recitación, solo fue inspirado a la Iglesia en 1214 por la Santísima Virgen que lo dio a Santo Domingo para convertir a los herejes albigenses y a los pecadores y ocurrió de la forma siguiente, según lo cuenta el Beato Alano de la Rupe, O.P. (también conocido como Alain de la Roche – fundador de la Cofradía del Rosario) en su famoso libro intitulado De Dignitate Psalterii (De la dignidad del Salterio de María):

“Viendo Santo Domingo que los crímenes de los hombres obstaculizaban la conversión de los albigenses, entró en un bosque próximo a Tolosa y permaneció allí tres días y tres noches dedicado a la penitencia, a la oración continua, sin cesar de gemir llorar y mortificar su cuerpo con disciplinas para calmar la cólera divina, hasta que cayó medio muerto.

“La Santísima Virgen se le apareció en compañía de tres princesas celestiales y le dijo: ‘¿Sabes, querido Domingo de qué arma se ha valido la Santísima Trinidad para reformar el mundo?’
” ‘¡Oh Señora, tú lo sabes mejor que yo’, respondió él; ‘porque después de Jesucristo, Tu Hijo, Tú fuiste el principal instrumento de nuestra salvación!’

”Pues sabe’, añadió Ella, ‘que la principal pieza de batalla ha sido el salterio angélico (El Rosario), que es el fundamento del Nuevo Testamento. Por ello, si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos predica mi salterio."

“Levantose el santo muy consolado. Inflamado de celo por la salvación de aquellas gentes, entró en la catedral. Al momento repicaron las campanas para reunir a los habitantes, gracias a la intervención de los ángeles. Al comenzar él su predicación, se desencadenó una terrible tormenta, tembló la tierra, se oscureció el sol, truenos y relámpagos repetidos hicieron temblar y palidecer a los oyentes. El terror de estos aumento cuando vieron que una imagen de la Santísima Virgen expuesta en un lugar prominente, levantaba por tres veces los brazos al cielo para pedir a Dios venganza contra ellos si no se convertían y recurrían a la protección de la Santa Madre de Dios. Quería el cielo con estos prodigios promover esta nueva devoción del Santo Rosario y hacer que se la conociera más.

“Gracias a la oración de Santo Domingo, se calmó finalmente la tormenta. Prosiguió él su predicación, explicando con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del Santo Rosario, que casi todos los habitantes de Tolosa lo aceptaron, y renunciaron a sus errores. En poco tiempo se experimentó un gran cambio de vida y de costumbres en la ciudad.”

Por; Dominicos.org

Festividad de Pedro y Pablo


Fiesta, 29 de junio     

Apóstoles y Mártires

Martirologio Romano: Solemnidad de san Pedro y san Pablo, apóstoles. Simón, hijo de Jonás y hermano de Andrés, fue el primero entre los discípulos que confesó a Cristo como Hijo de Dios vivo, y por ello fue llamado Pedro. Pablo, apóstol de los gentiles, predicó a Cristo crucificado a judíos y griegos. Los dos, con la fuerza de la fe y el amor a Jesucristo, anunciaron el Evangelio en la ciudad de Roma, donde, en tiempo del emperador Nerón, ambos sufrieron el martirio: Pedro, como narra la tradición, crucificado cabeza abajo y sepultado en el Vaticano, cerca de la vía Triunfal, y Pablo, degollado y enterrado en la vía Ostipense. En este día, su triunfo es celebrado por todo el mundo con honor y veneración. († c.67)

Breve Biografía:

Origen de la fiesta San Pedro y San Pablo son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.

Los cadáveres de San Pedro y San Pablo estuvieron sepultados juntos por unas décadas, después se les devolvieron a sus sepulturas originales. En 1915 se encontraron estas tumbas y, pintadas en los muros de los sepulcros, expresiones piadosas que ponían de manifiesto la devoción por San Pedro y San Pablo desde los inicios de la vida cristiana. Se cree que en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones de los cristianos primitivos. Esta fiesta doble de San Pedro y San Pablo ha sido conmemorada el 29 de Junio desde entonces.

El sentido de tener una fiesta es recordar lo que estos dos grandes santos hicieron, aprender de su ejemplo y pedirles en este día especialmente su intercesión por nosotros.


San Pedro

San Pedro fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Su nombre era Simón, pero Jesús lo llamó Cefas que significa “piedra” y le dijo que sería la piedra sobre la que edificaría Su Iglesia. Por esta razón, le conocemos como Pedro. Era pescador de oficio y Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, para darles a conocer el amor de Dios y el mensaje de salvación. Él aceptó y dejó su barca, sus redes y su casa para seguir a Jesús.

Pedro era de carácter fuerte e impulsivo y tuvo que luchar contra la comodidad y contra su gusto por lucirse ante los demás. No comprendió a Cristo cuando hablaba acerca de sacrificio, cruz y muerte y hasta le llegó a proponer a Jesús un camino más fácil; se sentía muy seguro de sí mismo y le prometió a Cristo que nunca lo negaría, tan sólo unas horas antes de negarlo tres veces.

Vivió momentos muy importantes junto a Jesús:

1.Vió a Jesús cuando caminó sobre las aguas. Él mismo lo intentó, pero por desconfiar estuvo a punto de ahogarse.

2. Presenció la Transfiguración del Señor.

3. Estuvo presente cuando aprehendieron a Jesús y le cortó la oreja a uno de los soldados atacantes.

4. Negó a Jesús tres veces, por miedo a los judíos y después se arrepintió de hacerlo.

5. Fue testigo de la Resurrección de Jesús.

6. Jesús, después de resucitar, le preguntó tres veces si lo amaba y las tres veces respondió que sí. Entonces, Jesús le confirmó su misión como jefe Supremo de la Iglesia.

7. Estuvo presente cuando Jesús subió al cielo en la Ascensión y permaneció fiel en la oración esperando al Espíritu Santo.

8. Recibió al Espíritu Santo el día de Pentecostés y con la fuerza y el valor que le entregó, comenzó su predicación del mensaje de Jesús. Dejó atrás las dudas, la cobardía y los miedos y tomó el mando de la Iglesia, bautizando ese día a varios miles de personas.

9. Realizó muchos milagros en nombre de Jesús.

10. En los Hechos de los Apóstoles, se narran varias hazañas y aventuras de Pedro como primer jefe de la Iglesia. Nos narran que fue hecho prisionero con Juan, que defendió a Cristo ante los tribunales judíos, que fue encarcelado por orden del Sanedrín y librado milagrosamente de sus cadenas para volver a predicar en el templo; que lo detuvieron por segunda vez y aún así, se negó a dejar de predicar y fue mandado a azotar.

11. Pedro convirtió a muchos judíos y pensó que ya había cumplido con su misión, pero Jesús se le apareció y le pidió que llevara esta conversión a los gentiles, a los no judíos.
En esa época, Roma era la ciudad más importante del mundo, por lo que Pedro decidió ir allá a predicar a Jesús. Ahí se encontró con varias dificultades: los romanos tomaban las creencias y los dioses que más les gustaban de los distintos países que conquistaban. Cada familia tenía sus dioses del hogar. La superstición era una verdadera plaga, abundaban los adivinos y los magos. Él comenzó con su predicación y ahí surgieron las primeras comunidades cristianas. Estas comunidades daban un gran ejemplo de amor, alegría y de honestidad, en una sociedad violenta y egoísta. En menos de trescientos años, la mayoría de los corazones del imperio romano quedaron conquistados para Jesús. Desde entonces, Roma se constituyó como el centro del cristianismo.

12. En el año 64, hubo un incendio muy grande en Roma que no fue posible sofocar. Se corría el rumor de que había sido el emperador Nerón el que lo había provocado. Nerón se dio cuenta que peligraba su trono y alguien le sugirió que acusara a los cristianos de haber provocado el incendio. Fue así como se inició una verdadera “cacería” de los cristianos: los arrojaban al circo romano para ser devorados por los leones, eran quemados en los jardines, asesinados en plena calle o torturados cruelmente. Durante esta persecución, que duró unos tres años, murió crucificado Pedro por mandato del emperador Nerón.

13. Pidió ser crucificado de cabeza, porque no se sentía digno de morir como su Maestro. Treinta y siete años duró su seguimiento fiel a Jesús. Fue sepultado en la Colina Vaticana, cerca del lugar de su martirio. Ahí se construyó la Basílica de San Pedro, centro de la cristiandad.

14. San Pedro escribió dos cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.

¿Qué nos enseña la vida de Pedro?

Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un buen cristiano hay que esforzarse por ser santos todos los días. Pedro concretamente nos dice: “Sean santos en su proceder como es santo el que los ha llamado” (I Pedro, 1,15)
Cada quien, de acuerdo a su estado de vida, debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a alcanzar su santidad.
Nos enseña que el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.

La Institución del Papado

Toda organización necesita de una cabeza y Pedro fue el primer jefe y la primera cabeza de la Iglesia. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica. Jesús le entregó las llaves del Reino y le dijo que todo lo que atara en la Tierra quedaría atado en el Cielo y todo lo que desatara quedaría desatado en el Cielo. Jesús le encargó cuidar de su Iglesia, cuidar de su rebaño. El trabajo del Papa no sólo es un trabajo de organización y dirección. Es, ante todo, el trabajo de un padre que vela por sus hijos.

El Papa es el representante de Cristo en el mundo y es la cabeza visible de la Iglesia. Es el pastor de la Iglesia, la dirige y la mantiene unida. Está asistido por el Espíritu Santo, quien actúa directamente sobre Él, lo santifica y le ayuda con sus dones a guiar y fortalecer a la Iglesia con su ejemplo y palabra. El Papa tiene la misión de enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia.

Nosotros, como cristianos debemos amarlo por lo que es y por lo que representa, como un hombre santo que nos da un gran ejemplo y como el representante de Jesucristo en la Tierra. Reconocerlo como nuestro pastor, obedecer sus mandatos, conocer su palabra, ser fieles a sus enseñanzas, defender su persona y su obra y rezar por Él.

Cuando un Papa muere, se reúnen en el Vaticano todos los cardenales del mundo para elegir al nuevo sucesor de San Pedro y a puerta cerrada, se reúnen en Cónclave (que significa: cerrados con llave). Así permanecen en oración y sacrificio, pidiéndole al Espíritu Santo que los ilumine. Mientras no se ha elegido Papa, en la chimenea del Vaticano sale humo negro y cuando ya se ha elegido, sale humo blanco como señal de que ya se escogió al nuevo representante de Cristo en la Tierra.


San Pablo

Su nombre hebreo era Saulo. Era judío de raza, griego de educación y ciudadano romano. Nació en la provincia romana de Cilicia, en la ciudad de Tarso. Era inteligente y bien preparado. Había estudiado en las mejores escuelas de Jerusalén.
Era enemigo de la nueva religión cristiana ya que era un fariseo muy estricto. Estaba convencido y comprometido con su fe judía. Quería dar testimonio de ésta y defenderla a toda costa. Consideraba a los cristianos como una amenaza para su religión y creía que se debía acabar con ellos a cualquier costo. Se dedicó a combatir a los cristianos, quienes tenían razones para temerle. Los jefes del Sanedrín de Jerusalén le encargaron que apresara a los cristianos de la ciudad de Damasco.

En el camino a Damasco, se le apareció Jesús en medio de un gran resplandor, cayó en tierra y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” ( Hechos de los Apóstoles 9, 1-9.20-22.).
Con esta frase, Pablo comprendió que Jesús era verdaderamente Hijo de Dios y que al perseguir a los cristianos perseguía al mismo Cristo que vivía en cada cristiano. Después de este acontecimiento, Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos no veía nada. Lo llevaron a Damasco y pasó tres días sin comer ni beber. Ahí, Ananías, obedeciendo a Jesús, hizo que Saulo recobrara la vista, se levantara y fuera bautizado. Tomó alimento y se sintió con fuerzas.
Estuvo algunos días con los discípulos de Damasco y después empezó a predicar a favor de Jesús, diciendo que era el Hijo de Dios. Saulo se cambió el nombre por Pablo. Fue a Jerusalén para ponerse a la orden de San Pedro.

La conversión de Pablo fue total y es el más grande apóstol que la Iglesia ha tenido. Fue el “apóstol de los gentiles” ya que llevó el Evangelio a todos los hombres, no sólo al pueblo judío. Comprendió muy bien el significado de ser apóstol, y de hacer apostolado a favor del mensaje de Jesús. Fue fiel al llamado que Jesús le hizo en al camino a Damasco.

Llevó el Evangelio por todo el mundo mediterráneo. Su labor no fue fácil. Por un lado, los cristianos desconfiaban de él, por su fama de gran perseguidor de las comunidades cristianas. Los judíos, por su parte, le tenían coraje por "cambiarse de bando". En varias ocasiones se tuvo que esconder y huir del lugar donde estaba, porque su vida peligraba. Realizó cuatro grandes viajes apostólicos para llevar a todos los hombres el mensaje de salvación, creando nuevas comunidades cristianas en los lugares por los que pasaba y enseñando y apoyando las comunidades ya existentes.

Escribió catorce cartas o epístolas que forman parte de la Sagrada Escritura.

Al igual que Pedro, fue martirizado en Roma. Le cortaron la cabeza con una espada pues, como era ciudadano romano, no podían condenarlo a morir en una cruz, ya que era una muerte reservada para los esclavos.

¿Qué nos enseña la vida de San Pablo?

Nos enseña la importancia de la labor apostólica de los cristianos. Todos los cristianos debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicando su mensaje con la palabra y el ejemplo, cada uno en el lugar donde viva, y de diferentes maneras.

Nos enseña el valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado.

Esta conversión siguió varios pasos:

1. Cristo dio el primer paso: Cristo buscó la conversión de Pablo, le tenía una misión concreta.
2. Pablo aceptó los dones de Cristo: El mayor de estos dones fue el de ver a Cristo en el camino a Damasco y reconocerlo como Hijo de Dios.
3. Pablo vivió el amor que Cristo le dio: No sólo aceptó este amor, sino que los hizo parte de su vida. De ser el principal perseguidor, se convirtió en el principal propagador de la fe católica.
4. Pablo comunicó el amor que Cristo le dio: Se dedicó a llevar el gran don que había recibido a los demás. Su vida fue un constante ir y venir, fundando comunidades cristianas, llevando el Evangelio y animando con sus cartas a los nuevos cristianos en común acuerdo con San Pedro.

Estos mismos pasos son los que Cristo utiliza en cada uno de los cristianos. Nosotros podemos dar una respuesta personal a este llamado. Así como lo hizo Pablo en su época y con las circunstancias de la vida, así cada uno de nosotros hoy puede dar una respuesta al llamado de Jesús.


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net

Oración


Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo.

sábado, 27 de junio de 2015

Acerca de la confesión



A. ¿En qué se basan los católicos para decir que los sacerdotes sí pueden perdonar pecados? 

R. En la frase que Jesús dijo a sus apóstoles el día de la Resurrección: dice el evangelio que soplo sobre sus cabezas y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A todo el que perdonéis los pecados, les quedan perdonados. (San Juan20). Los apóstoles se murieron y como Cristo quería que ese gran don de su perdón llegara a todas las personas de todos los siglos, les dió ese poder de manera transmisible, que ellos pudieran transmitirlo a sus sucesores. Y así lo hicieron. Por medio de la imposición de sus manos ellos dejaban en cada lugar "presbíteros". o sea sacerdotes. y al frente de ellos un obispo. Estos tienen hoy el poder que Jesús dio a sus apóstoles " A todo el que perdonéis los pecados, les quedan perdonados".  


B. ¿Por qué dicen nuestros hermanos separados que los curas en el año 1215 inventaron el sacramento de la confesión?  

R. Lo que pasó en 1215 es que se reunieron los obispos de todo el mundo, en una reunión llamada Concilio de Letrán, en Roma, y decretaron que todo católico debe confesarse al menos una vez por año. Ellos no inventaron la confección. Ella ya existía desde muchísimos años atrás. Imaginase el alboroto tan terrible que se le hubiera producido si esas alturas de la vida de los Obispos se les hubiera ocurrido inventar una cosa tan dura y tan difícil como es tener que ir a decirle los pecados a otro hombre. Ya en el siglo el más grande sabio de su tiempo, llamado Orígenes, dejó escrito: “Se perdonan las culpas cuando el pecador no se avergüenza de confesar sus pecados al sacerdote".  


C. ¿Por qué confesarse con un hombre como voz?  

R. Claro que lo es, porque es humano. Dice la S. Biblia. "Si alguno dice que no ha pecado, es un mentiroso (San Juan 1,8). Cuando vas al médico este tambien se enferma, pero tiene la capacidad para ayudar a sanar de tu enfermedad. Nosotros no ahcemos lo que se nos ocurre creer, sino hacemos lo que Jesús nos manda en su Palabra. Si Jesús quiso que nosotros confesásemos nuestros pecados para recibir absiolución por parte de sus sacerdote, a quienes otorgó el poder de perdonar los pecados, pues lo respetamos y lo ponemos en práctica porque es Su Voluntad y nosotros no somos nadie para cuestionar a Dios.

D. ¿Dónde dice en la Biblia que debo confesar mis pecados?

R. Lev. 5:5 "En todos estos casos el que cometió delito confesará primero su pecado."
     Sir. 4:26 "No te averguences de confesar tus pecados, no nades contracorriente."
     Mt. 3:6 "Y además de confesar sus pecados se hacían bautizar por Juan en el río Jordán."
     Mc. 1:5 “ Toda la Provincia de Judea y el pueblo de Jerusalen acudían a Juan para que confesar          sus pecados y ser bautizados en el río Jordán.”
     Jn. 20:23: “A quienes le perdonéis los pecados le serán perdonados, a quienes se los retengáis le        serán retenidos.”
     Hc. 19:18 “Muchos de los que habían aceptado la fe venían a confesar y a exponer todo lo que            antes habían hecho.”
     Stgo. 5:16 "Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean                    sanados."





Orar sin cesar


Muchas son las cosas que definen una fe madura. Una de ellas es la que últimamente he descubierto y aprendido. Aunque pueda parecer chocante, después de muchos años sin apercibirme, me he dado cuenta de que hay que orar sin cesar. No es fácil comprender lo que esto quiere decir, porque 'orar sin cesar' compromete a la vida entera; ¿De qué se trata? ¿Tiene que ver con estar todo el día rezando? Indudablemente, hay verdades o ideas escritas en los evangelios que haríamos bien en tomarlas al pie de la letra. Yo no soy un experto en estas lides, pero creo que orar sin descanso es precisamente eso. Nuestro corazón debe estar todo el tiempo puesto en Cristo.

Muchos Santos y grandes hombres de oración se preguntaron en qué consistía eso de orar sin cesar. Yo no tengo la respuesta, pero, después de los fracasos personales que he tenido (todos los días, cuando me doy cuenta de lo pecador que soy), no puedo evitar estar seguro de algunas cuestiones. Por eso, aquí dejo unas cuantas ideas que pueden ayudarnos a aclarar un poco el significado de 'orar sin cesar':

1º Nuestro corazón debe estar puesto en Cristo en todo momento, alabándolo desde lo profundo y desde lo profundo pidiéndole.

2º Nuestra actitud ante la vida, debe ser siempre la de dar gracias a Dios por todo lo que nos ocurre, tanto bueno como malo, porque tenemos la convicción de que todo lo que ocurre es para Gloria Suya y bien nuestro.

3º Descansar en Dios continuamente, dejándole todo lo que nos agobia y nos supera.

4º Confiar en que nunca nos va a faltar de nada si confiamos en Él, y actuar en consecuencia.

5º Ofrecer a Cristo cada sufrimiento, pensando en sus dolores durante su pasión.

6º Rezar... cuanto más mejor... el rosario y la liturgia de las horas, la repetición del nombre de Jesús, jaculatorias, etc...

No sé si a todo esto se le puede llamar 'orar sin cesar', no estoy preparado para decirlo; pero seguro que tiene que ver con ello.

Por: Juan Luis López Meseguer 

miércoles, 24 de junio de 2015

Oración al Niño Jesús Emigrante



Querido Niño Jesús, que en compañía de Tu Santísima madre y de San José, conociste las amarguras de la emigración en tu destierro a Egipto. Te pido por los innumerables niños emigrantes, refugiados y desterrados que tanto se parecen a Ti.

Que sus padres encuentren trabajo, pan y habitación. Que en todas partes sean recibidos con cariño. Que tengan todos ellos sacerdotes y maestros que les atiendan. Que todos los venidos de afuera, encuentren en mí, un hermano que les ama, como Tú les amas. Líbrales Jesús de todo peligro de alma y de cuerpo.


Amén.

miércoles, 17 de junio de 2015

Oracion por los alejados de la Fe


Oh Jesús, te pido humildemente por todos mis hermanos y hermanas 
que se han alejado de la Iglesia Católica. Que vuelvan a ver y revisar las razones que los movieron a hacer tal cosa.
Ilumínalos y muévelos a la conversión.
¡Que regresen sin miedo al seno de la Iglesia Católica, su verdadera Madre!

¡Que regresen al seno de la Iglesia Católica, que los espera con los brazos abiertos para que te reencuentren a Ti!
¡Que regresen para reencontrar a su Madre, la Santísima Virgen de Guadalupe!

¡Que regresen a la Iglesia Católica donde se encuentra la plenitud de la verdad revelada y los medios de salvación!

¡Que regresen a la Iglesia Católica donde se encuentra la ininterrumpida tradición cristiana!

¡Que vuelvan a estar unidos a la vid verdadera!

Amén.



Discurso completo del Papa Francisco a los Obispos de Puerto Rico



(Visita “ad Limina Apostolorum” dei Presuli della Conferenza Episcopale di Porto Rico, 08.06.2015)

Queridos hermanos en el Episcopado:

Me alegro de poder saludarlos con ocasión de la visita ad limina Apostolorum, peregrinación que deseo constituya una experiencia fecunda de comunión para cada uno de ustedes y para la Iglesia que peregrina en Puerto Rico. Agradezco a Monseñor Roberto Octavio González Nieves, Arzobispo de San Juan y Presidente de la Conferencia Episcopal, las palabras que me ha dirigido en nombre de todos.

En ese bello archipiélago caribeño se fundó una de las tres primeras diócesis que se establecieron en el continente americano. Desde entonces, su historia eclesiástica está entretejida por la fidelidad y la tenacidad de tantos pastores, religiosos, misioneros y laicos que, respondiendo a los tiempos y lugares, han sabido comunicar la alegría del anuncio de Cristo Salvador, en cuyo nombre se han creado tantas iniciativas en favor del bien común, en el campo litúrgico, social y educativo, que han marcado profundamente la vida pública y privada del pueblo puertorriqueño.

Ustedes, como pregoneros del Evangelio y custodios de la esperanza de su pueblo, están llamados a continuar escribiendo esa obra de Dios en sus Iglesias locales, animados por un espíritu de comunión eclesial, procurando que la fe crezca y la luz de la verdad brille también en nuestros días. La confianza mutua y la comunicación sincera entre ustedes permitirá al clero y a los fieles ver la auténtica unidad querida por Cristo. Además, ante la magnitud y la desproporción de los problemas, el Obispo necesita recurrir no sólo a la oración, sino también a la amistad y a la ayuda fraterna de sus hermanos en el episcopado. No gasten energías en divisiones y enfrentamientos, sino en construir y colaborar. Ya saben que, «cuanto más intensa es la comunión, tanto más se favorece la misión» (Pastores gregis, 22). Sepan tomar distancia de toda ideologización o tendencia política que les puede hacer perder tiempo y el verdadero ardor por el Reino de Dios. La Iglesia, por razón de su misión, no está ligada a sistema político alguno, para poder ser siempre «signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana» (Gaudium et spes, 76).

El Obispo es modelo para sus sacerdotes y los anima a buscar siempre la renovación espiritual y a redescubrir la alegría de apacentar su grey dentro de la gran familia de la Iglesia. Les pido una actitud acogedora con ellos; que se sientan escuchados y guiados para que puedan crecer en comunión, santidad y sabiduría, y lleven a todos los misterios de la salvación. Ante el próximo Jubileo de la Misericordia, recuerden primero ustedes y luego los sacerdotes el servicio de ser fieles servidores del perdón de Dios, sobre todo en el sacramento de la Reconciliación, que permite experimentar en carne propia el amor de Dios y ofrecer a cada penitente la fuente de la verdadera paz interior (cf. Misericordiae vultus, 17).

Para tener buenos pastores, es necesario cuidar la pastoral vocacional, de manera que haya un número adecuado de vocaciones, y especialmente los seminarios, que ofrezcan la debida formación a los candidatos. El seminario es la parcela que más solicitud pide al Obispo Pastor.

Facilitar a los fieles la vida sacramental y ofrecerles una adecuada formación permanente hace posible que también éstos puedan cumplir su propia misión. Los fieles boricuas, y en particular las asociaciones, los movimientos y las instituciones de educación, están llamados a colaborar generosamente para que se anuncie la Buena Nueva en todos los ambientes, incluso en los más hostiles y alejados de la Iglesia. Deseo de corazón que, animados por el ejemplo de insignes laicos como el beato Carlos Manuel Rodríguez Santiago, modelo de entrega y servicio apostólico, o el venerable maestro Rafael Cordero y Molina, sigan avanzando por el camino de una gozosa adhesión al Evangelio, profundizando en la Doctrina Social de la Iglesia y participando lúcida y serenamente en los debates públicos que atañen a la sociedad en la que viven.

Entre las iniciativas que es necesario consolidar cada vez más está la pastoral familiar, ante los graves problemas sociales que la aquejan: la difícil situación económica, la emigración, la violencia doméstica, la desocupación, el narcotráfico, la corrupción. Son realidades que generan preocupación. Permítanme llamar su atención sobre el valor y la belleza del matrimonio. La complementariedad del hombre y la mujer, vértice de la creación divina, está siendo cuestionada por la llamada ideología de género, en nombre de una sociedad más libre y más justa. Las diferencias entre hombre y mujer no son para la contraposición o subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a «imagen y semejanza» de Dios. Sin la mutua entrega, ninguno de los dos puede siquiera comprenderse en profundidad (cf. Audiencia general, 15 abril 2015). El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su Esposa, la Iglesia. Cuiden este tesoro, uno de los «más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños» (Aparecida, 433).

Finalmente, entre los mayores retos actuales para el trabajo apostólico se encuentra la implementación del Plan Pastoral de Conjunto en las diócesis, mediante programas elaborados para anunciar a Cristo y responder a las inquietudes de la sociedad y del Pueblo de Dios hoy, en los que debe estar siempre presente la dimensión misionera hasta las últimas periferias existenciales.

Les aseguro mi oración, también por los sacerdotes, consagrados y por todos los fieles laicos de esa amada tierra borinqueña. Lleven a todos, por favor, el saludo del Papa. Velen con celo y paciencia por la porción de la viña del Señor que les ha sido encomendada, y vayan adelante todos juntos. Encomiendo la obra de la evangelización en Puerto Rico a la Santísima Virgen María y, pidiéndoles que no se olviden de rezar por mí, les imparto con afecto la Bendición Apostólica.


Tomado de: Diócesis Arecibo Puerto Rico
Fuente: Info católica / Zenit

Mártir y Maravilla de los Trabajadores


Santa Filomena Virgen, mártir y maravilla de los trabajadores El mismo nombre de Filomena contiene las palabras: Luminis filia, hija de la luz. Ella es la patrona de las Hijas de María. Su misión hoy es para acercarnos al Corazón Inmaculado de María a través de la imitación de sus virtudes heroícas de la pureza, la obediencia y la humildad. Santa Filomena es un ancla de esperanza en esta época oscura de la desesperación.

lunes, 8 de junio de 2015

Oración para pedir un favor a la Virgen de la Medalla Milagrosa




Inmaculada Madre de Dios y madre mía, que al entregarnos tu Medalla,
te has mostrado dispensadora de todas las gracias del cielo.
Reconozco mi indignidad para merecer tu protección; pero miro tu imagen con
los brazos abiertos y recurro a ti para que me concedas la gracia que te pido.

(Aquí se pide la gracia y se reza tres veces la oración jaculatoria:
¡Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!).
Amén.


LLEVA SIEMPRE CONTIGO LA MEDALLA DE LA VIRGEN MILAGROSA QUE ESTARAS PROTEGIDO POR SU MANTO.

Cómo Revivió el Rosario Viviente y la Devoción a Santa Filomena desde América





Estoy ansiosa por compartir con ustedes cómo comenzó nuestra obra de Santa Filomena. Como mucha gente, nosotros también teníamos un gran anhelo y a esta querida santa fue a quien nos volvimos en nuestras imposibles circunstancias. El deseo de nuestro corazón era tener un niño de nuestra propia carne. Teníamos dos hijos adoptivos y rezábamos por una pequeña Filomena para completar nuestra familia. Nuestras oraciones a Santa Filomena siempre dieron fruto de gozo y esperanza.

En 1984 comenzamos nuestras oraciones luego de leer el libro de la vida San Juan María Vianney. Fue entonces que mi querida madre me envió el folleto escrito por el Padre Paul O’Sullivan, el que encendió más nuestra devoción y nos dio dirección. Escribimos a Mugnano pidiendo sus sacramentales y compartiendo nuestra oración de petición. Una querida monja Irlandesa, Sor María Filomena, que hablaba inglés, nos contestó y nos envió el cordón y el aceite benditos, la coronilla y estampa de oración. Ella nos animó a tener toda esperanza de que nuestra oración sería contestada, y nos advirtió que rezáramos siempre por la Santa Voluntad de Dios. Así supimos que el Santuario todavía existía y que su devoción estaba viva. Comenzamos a copiar oraciones, la historia de su vida y celebramos su fiesta con un bello pastel decorado en su honor.

Después de haber compartido nuestra nueva devoción con mi madre, ella inesperadamente me envió una Reliquia de Primera Clase de Santa Filomena. Por consiguiente, más animados aún, rezábamos fervientemente. Durante este tiempo vivíamos en La Grande, Oregon. Después de todas nuestras oraciones nos mudamos a Dickinson, Texas. En la librería de la Iglesia local de la Parroquia encontramos un artículo de una página sobre la Venerable Pauline Jaricot y el Rosario Viviente. Hasta entonces habíamos hecho todo lo posible por ganar el favor de Santa Filomena. ¡Pero aquí estaba otra vez la palanca a nuestro favor! Formamos un grupo de 15 almas para rezar el Rosario Viviente, por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María y en honor a Santa Filomena, su patrona y protectora. Un Rosario creció en dos y estos dos se cuadruplicaron al fin del año. Iniciamos una carta mensual para nuestros miembros animándolos a ser fieles a su Década e incluimos algo espiritual, edificante e instructivo.

Añorábamos que los miembros del Rosario Viviente tomaran parte en la Cofradía de Santa Filomena, y escribimos de nuevo a Mugnano rogando que este favor fuera concedido a nuestros miembros. En respuesta, recibimos una nota del Padre Braschi, Rector del Santuario, diciendo que le gustaría venir a América a visitarnos. Nos causó un gran impacto. No teníamos nada y solamente deseábamos ser parte de la Cofradía. El Padre Braschi se dio cuenta que un grupo en América, organizado con una gaceta y con la habilidad de alcanzar a numerosas personas, era justo lo que se necesitaba para revivir la devoción a Santa Filomena y esparcirla por todos lados y de regreso a Italia.

La devoción a Santa Filomena se estaba extinguiendo en Europa y el Padre no podía conseguir ningún artículo o información sobre el Santuario publicados en los periódicos locales. Cuando el Padre supo de nosotros, dijo que el Espíritu Santo lo inspiró a visitarnos. Él tenía toda la esperanza de que reviviéramos la devoción y esparcirla por todo el mundo y de nuevo de vuelta a Italia.
Nosotros pagamos por la jornada del Padre a América, nos encargamos de sus necesidades durante su visita, tradujimos los libros e información que nos dio y comenzamos de inmediato a animar a todos los miembros del Rosario Viviente a amar a su patrona y honrarla de toda manera posible.

Mi esposo estaba sin empleo en ese tiempo y yo estaba trabajando doble turno de enfermera para costear la impresión, el envío de información y décadas. Fue una maravillosa inversión en este apostolado lleno de fe, una década construida sobre otra. Santa Filomena ha ayudado a todos los que la invocaron y todavía lo hace. Se publicaron libros, se distribuyeron sacramentales y continuamos enviando nuestro boletín mensual que, con el tiempo creció y se convirtió en el bello folleto, las Décadas Dedicadas. La publicación es el hilo vivificante del Rosario Viviente.

Durante los muchos años que siguieron, el Padre Braschi estuvo triste por no haber recibido asistencia económica de nosotros. Pero todo lo que recibíamos volvía a nuestro esfuerzo misionero universal y heroico para alcanzar almas con el Rosario Viviente. Sin embargo, peregrinos comenzaron a ir a Mugnano y él sintió mucho su apoyo. Por consiguiente, su sueño se había hecho realidad: revivir el Santuario y la peregrinación, aumentando enormemente aquellas almas alcanzadas por esta poderosa santa, y nuestra misión del Rosario Viviente fue esparcida por todo el mundo.

En verdad, no podíamos donar mucho al Santuario en Mugnano, y lo poquito que podíamos mandar era regresado por el Rector. Nuestro esfuerzo entero estaba enfocado en las misiones del mundo, tras el gran corazón de nuestra amada Pauline. Sin embargo sabíamos que todo lo que estábamos haciendo estaba contribuyendo al aumento de peregrinos y que ellos colmarían de donativos al Santuario. Esta gran peregrinación creció, creció y creció. Todo lo que se ha hecho en Mugnano es el fruto de la semilla sembrada por Pauline M. Jaricot, por medio de su familia espiritual del Rosario Viviente.

En los primeros días de crecimiento, el Padre Braschi designó al director espiritual de cada grupo que encabezaba la Cofradía de Santa Filomena, el privilegio de bendecir el aceite, anualmente, en unión con Mugnano y distribuirlo en su distrito.

Durante el año siguiente, la peregrinación a Mugnano continuó y aumentó, mientras el Rosario Viviente crecía rápidamente. Como la designación de décadas en nuestra área con la obra del Rosario Viviente era universal, comenzamos a recibir una avalancha de solicitudes de nuestros miembros por todo el mundo para sacramentales de Santa Filomena. Todo se les daba, absolutamente libre de costo. El área de la misión es vasta y se necesitaban enormes cantidades. Don Franchesco de Lucía había animado a la Ven. Pauline M. Jaricot, cuando ella regresó a su hogar en Francia, a esparcir la devoción de cualquier manera posible. El Padre Braschi está profundamente agradecido al Rosario Viviente en Dickinson, Texas por el resurgimiento de la devoción a Santa Filomena en el mundo entero y nosotros sabíamos que  hubiese querido que continuáramos en la tradición de la Venerable Pauline M. Jaricot. Permanecimos en constante comunicación con el Vicario de Su Santidad, + Canisius Van Lierde, hasta su fallecimiento. Él nos animó una y otra vez a continuar y aumentar nuestro esfuerzo.

Verdaderamente Santa Filomena nos ha guiado todos estos años y bendecido este heroico esfuerzo por las almas. Yo creo firmemente que como la Venerable Pauline M. Jaricot fue la única responsable por la introducción y culminación de la devoción a Santa Filomena, consiguiendo su elevación al Santo Altar, que nuestra querida Santa Filomena será singularmente instrumental en llevar a cabo la causa de Beatificación, de nuestra amada fundadora a la elevación del Santo Altar. Ambas existen solo para llevar almas al Cordero de Dios y apoyarlas grandemente en llevar con fe, esperanza y gozo, sus pesadas cargas cotidianas.

Nosotros somos el Rosario Viviente, con una obligación firme y dada por Dios de honrar a Santa Filomena, nuestra Patrona y Protectora, y a esparcir su devoción y sacramentales. El Padre Braschi, como Rector del Santuario Principal, lleva el privilegio y la obligación de encabezar su Cofradía, unir y esparcir su devoción por todo el mundo. Nunca puede haber una competencia por poder, dinero o control de ninguna de estas bellas devociones que residen seguramente en el seno del Inmaculado Corazón de María.

Santa Filomena, Nueva Luz de la Iglesia Militante, ¡Ruega por nosotros!

Mrs. Patti Melvin
Directora, (ULRA)
Universal Living Rosary Association of St. Philomena
P.O.Box 1303, Dickinson, TX 77539 USA

Tomado de cartas de nuestra directora, Patti Melvin a los Asociados, con el Título de:
¡A Santa Filomena Nada le es rehusado!

martes, 2 de junio de 2015

Oración a la Madre de bondad, de amor y de misericordia





Oh Madre mía,
Madre de Bondad, de Amor
y de Misericordia,
te amo inmensamente y
me presento ante ti.

Por tu bondad, amor y gracia, sálvame.
Yo deseo ser tuyo y
te amo inmensamente;
deseo que Tú me protejas.
Desde lo más profundo de mi corazón
te ruego, Madre, concédeme tu bondad
para que por medio de ella alcance el Cielo.

Yo te ruego, por tu infinito amor.
que me concedas la gracia
de poder amar a todos los hombres,
como Tú amaste a Jesucristo.

Te ruego que me concedas la gracia
de ser generoso contigo.
Me ofrezco completamente a Ti,
y deseo que estés conmigo
en cada uno de mis pasos,
porque Tú eres llena de gracia
y deseo no olvidarlo nunca jamás.
Y si alguna vez perdiera la gracia,
te ruego que me ayudes a recuperarla.
Amén.