jueves, 31 de diciembre de 2015

Acudamos, pues a María; acordándonos que es la Madre y Reina de la Misericordia.




Un ejemplo:

Se refiere en la vida de Sor Catalina de San Agustín, que en su localidad había una mujer llamada María, que por ser tan pecadora en su juventud y en la vejez, fue apartada por los ciudadanos y desterrada a vivir en una cueva, en donde murió desamparada y sin los sacramentos por lo que fue enterrada en el campo como una bestia.

Sor Catalina, que solía con gran afecto encomendar a Dios todas las almas de los que allí morían, no pensó en rogar por María, teniéndola como todos, por condenada.

Al cabo de cuatro años, se presentó a sor Catalina, el alma de María, y le dijo que encomendaba a Dios, las almas de todos los que morían, pero que de la suya no había tenido piedad por creerla condenada.

Admirada sor Catalina de verla salvada, le preguntó que cómo había sido posible. María le contestó, que se había salvado por la misericordia de la Santísima Virgen María. Y cómo sucedió tal cosa, preguntó sor Catalina. Entonces María le relató que viéndose cercana a la muerte, llena de pecados y desamparada por todos, pidió socorro a la Madre de Dios, la que entonces le alcanzó un acto de contrición y se salvó. díjole también que le había alcanzado la gracia que se abreviase la pena, haciéndole padecer intensamente lo que debía purgar por muchos años.

Le rogó a sor Catalina, que le hiciese decir algunas misas que le faltaban para librarse del Purgatorio. Hízolo sor Catalina, y a los pocos días se le volvió a aparecer más resplandeciente que el sol y dijo: Te doy las gracias, Catalina, mira que ya me voy al cielo a cantar las misericordias de Dios y a rogar por ti."

domingo, 27 de diciembre de 2015

Oración a la Sagrada Familia





Era pobre y silenciosa,
pero con rayos de luz;
olor a jazmín y a rosa
y el Niño que la alboroza:
es la casa de Jesús.

Un taller de carpintero
y un gran misterio de fe;
manos callosas de obrero,
justas manos de hombre entero:
es la casa de José.

Había júbilo y canto;
ella lavaba y barría,
y el arcángel saludando
repetía noche y día:
«Casa del Ave María.»

Familia pobre y divina,
pobre mesa, pobre casa,
mucha unión, ninguna espina
y el ejemplo que culmina
en un amor que no pasa.

Concede, Padre, Señor,
una mesa y un hogar,
amor para trabajar,
padres a quienes querer
y una sonrisa que dar. Amén.