sábado, 9 de noviembre de 2013

Pentecostés (Tercer Misterio de Gloria)



Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.  De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran.

(Hechos 2: 1-4)

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