viernes, 29 de noviembre de 2013

Mi dolor no es perdido



No hay más trágico en todo el mundo que el dolor desperdiciado. Piensa en cuánto sufrimiento hay en hospitales, entre los pobres y los afligidos. Piensa también, cuánto de ese sufrimiento es desperdiciado. Cuántas almas solitarias, sufriendo, abandonadas y crucificadas están diciendo con Nuestro Señor al momento de la Consagración: "Aquí está mi cuerpo, tamadlo. Aquí está mi sangre, tomadla. Aquí está mi alma, mi voluntad, mi energía, mi fuerza, mi propiedad, mi riqueza...

TODO LO QUE TENGO ES VUESTRO. TOMADLO, CONSAGRADLO, OFRECEDLO AL PADRE CELESTIAL PARA QUE MIRANDO ÉL ESTE GRAN SACRIFICIO, ÉL PUEDA VER SOLO A VOS, SU AMADO HIJO EN QUIEN TIENE TODA SU COMPLACENCIA.

Transmutad este pobre pan de mi vida en Vuestra Vida; animad el vino de mi vida desperdiciada en Vuestro Divino Espíritu; unid mi quebrantado corazón con Vuestro Corazón: cambiad mi cruz en un Crucifijo. Que mi abandono y pena no se desperdicien. Recoged los fragmentos y, como la gota de agua es absorbida en el vino en el Ofertorio de la Misa, dejad que mi vida sea absorbida en Vos, que mi pequeña cruz sea entrelazada con Vuestra gran Cruz para que pueda comprar los gozos de felicidad perdurable en unión con Vos.

Transformad mi vida entera en Vuestro servicio para que, a través de mí, todos sepan qué dulce es el Amor de Cristo!!


Tomado de: Décadas Dedicadas (ULRA)

Primavera 2013



http://youtu.be/XlWnIWm-pdM

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